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JUGAR, una palabra clave para una infancia saludable

Hay un tiempo en la vida en la que mantenemos intacta nuestra capacidad de observar, de asombrarnos, nuestras ganas de aventura, de aprender y de descubrir el mundo. Esta etapa es la INFANCIA. Un periodo de aprendizaje donde los más pequeños adquieren las capacidades básicas para poder interactuar con su entorno y en la que el juego se convierte en una necesidad básica para el buen desarrollo de la inteligencia y para el equilibrio físico y emocional del niño y de la niña.

Cada vez son más los estudios científicos que avalan la metodología de aprendizaje a través del juego y nadie duda hoy de que es clave en el crecimiento saludable de los más pequeños. Y si jugar es fundamental en la infancia ¿por qué destinar tiempo y espacio al juego no es una prioridad?

Con la llegada de las nuevas tecnologías, y en concreto de los dispositivos móviles, cada vez escuchamos más eso de que “es que los niños y niñas de hoy en día no juegan con nada”, ¿seguro? Muchas veces las pantallas son la opción más fácil para mantener a los pequeños entretenidos. No molestan, se entretienen solos y nos permiten atender nuestras urgencias de trabajo y personales sin interrupciones. Pero ¿y si les damos una oportunidad? Cualquier acción cotidiana en familia puede convertirse en un juego para los niños y niñas: hacer la cama, cocinar, salir al campo, hacer la compra en el mercado… Al explorar y participar en las actividades que los rodean, aprenden sobre su mundo y sobre cómo interactuar con los demás. Además, estas actividades convertidas en juego son una herramienta perfecta para guiar a los más pequeños en valores y actitudes como la confianza en ellos mismos, fomentar la igualdad, la empatía, el respeto a la naturaleza… además de todos los beneficios que aporta a la convivencia el dedicar tiempo de calidad en familia.

Por otro lado, el juego de siempre, libre y sin reglas es a la vez una fuente de relajación y estimulación tanto para el cerebro como para el cuerpo. Juguetes como las bicicletas, las pelotas, las muñecas… han sido claves en el desarrollo de muchas generaciones porque nos permiten dar rienda suelta a la imaginación, jugar solos o en grupo, al aire libre o en interior. Un mismo juguete cada día nos ofrece un amplio abanico de posibilidades de diversión diferentes, convirtiéndose en un gran aliado en el aprendizaje de los más pequeños, en aspectos tan fundamentales como:

  • La imaginación.
  • El autoconocimiento.
  • Descubrir su entorno y cómo adaptarse a él.
  • Las habilidades de comunicación y sociales.
  • El trabajo en equipo, el compañerismo y la tolerancia.
  • Experimentar triunfos y frustraciones.

En Muñecas Antonio Juan, como empresa dedicada desde hace más de seis décadas a la fabricación de muñecas, estamos convencidos del poder del juego en el desarrollo saludable de los más pequeños, por eso este año hemos registrado la marca Slow Play, como una invitación a descubrir el mundo jugando, a abrir bien los ojos, a vivir el día a día disfrutando de cada momento, de las personas y de nuestro entorno de forma sencilla. Una apuesta comprometida por fomentar el tiempo de juego y ocio de calidad de los más pequeños. ¿Te sumas a nuestra filosofía Slow Play? Cuéntanos cuánto tiempo dedicas al juego en familia y todo lo que os aportan estos momentos.